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5 sept 2010

EN EL FURGÓN DE COLA

El otro día estaba yo pensando que pensaba, en el lugar que ocupo de forma espontánea y permanente en todas las carreras, me voy directo al furgón de cola, es que ni me lo pienso, a la cola.
Y colas, colas, mira que hecho ya en mi vida, como ya tengo unos años, cuando tiro la vista hacia atrás, y veo las colas que he hecho, ¡hasta me asusto!, pero ¿cuantas colas he guardado?, ¿cuanto tiempo sometido a la cruel forma de una cola?.
Ahora ya no se hacen colas, internet, favorece la asencia de las temidas colas, me acuerdo de las colas para matricularme, ¡ eso si eran colas!, las colas para cualquier certificado, colas para apuntarte a las oposiciones, al paro,cola para ir a otra cola, para entrar en algún museo, colas para comprar una entrada en un concierto etc etc.

Ahora entrado en años, y sin darme cuenta, he encontrado una cola que me gusta, a la cola de los corredores y ¡MENUDA COLA!, en mi furgón de cola estamos los más sonrientes, y no es que nosotros no sonrían, es que están más a tensión, ya que pretenden un puesto en la clasificación que nosotros ni pretendemos.
En el furgón de cola siempre somos los mismos, por lo que nos vamos saludando, sin importanos si falta mucho o poco para empezar la carrera.
En el furgón de cola es donde más fotos se hacen, tenemos más espacio, más aire, la suave brisa nos abraza y refresca, al contrario les pasa a los que por ponerse en los puestos de cabeza, están apretujados, tanto que si levantas los brazos ya no los puedes volver a bajar.
En mi cola, se mira también a las personas que están animando o acompañando a los corredores, a los espontáneos que se paran para simplemente dar un vistazo.
En mi furgón se habla, y mucho, se pregunta ¿como te fue tal carrera?, ¿qué te pasó?, ¿cómo te va la rodilla? o ¿cómo le van las zapatillas a tu prima?, y se cuentan chistes, y se cuentan chismes, y se cuentan alegrías y penas, que de todo hay.
En el furgón de cola, estamos todos hermanados, en la hermandad de los últimos, de los que llegamos a la meta más separados, salimos mejor en la foto y disfrutamos más tiempo de la carrera,ya que nos cuesta mucho más tiempo acabarla.
En el furgón de cola no contamos los que llegan delante sino los que llegan detrás, llegas a casa y te preguntan ¿cómo has quedado? y no contestas el 1518, no, no, contestas, el quince por la cola, casi me dan la copa del último de la fila, pero esto ya es otra historia.

Pero desgraciadamente, el furgón de cola tiene otras acepciones más tristes, no quisiera otros furgones que también ocupamos en nuestra comunidad, en el furgón de cola del paro, del gasto sanitario, de la educación, del I+D, de la recuperación económica, de la tecnologia, del índice de lectura etc, estos furgones no los quiero.

Pero no nos pongamos tristes, que nuestro furgón se repetirá esta tarde en Catarroja, donde estaremos en nuestro sitio, al final, donde nadie nos molesta, en nuestro particular furgón de cola.

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