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8 dic 2010

HISTORIAS DEL MARATÓN

Esta entrada me da pie a publicar una serie de historias, unas reales, otras originadas en mi imaginación, que quiero poner en el blog, muchas de ellas como homenage a todos los corredores que en un momento u otro han sentido la necesidad de ponerse unas zapatillas y correr nada menos que 42.195 metros.

Dentro de cinco días, en Castellón, se ha organizado la primera edición de la maratón de Castellón, el 12 de diciembre del año 2010, las calles de Castellón se despertarán con un sonido poco familiar, alrededor de cincomil zapatillas recorrerán las calles de la ciudad, con su sonido peculiar, durante cinco horas serán las amas del asfalto.

Muchos maratones voy a tener que ver desde la barrera, una barrera que quiero saltar y derribar, casi me decido en Castellón, pero la promesa que me hize a mi mismo no la puedo romper, y mi primera maratón será la de Valencia.

Historia de Joaquin, 32 años, ingeniero técnico que trabajaba en una industria de construcción de paneles solares, le gustaba el fútbol, también el tabaco y el alcohol, le gustaba disfrutar de la vida intensamente, dormía poco, pues era un adicto a la noche, a las salas de baile y puti clubs. No era ningún ejemplo para nadie, pero tenía éxito a rabiar con las mujeres, su fama de hombre fatal le precedia y su físico le ayudaba a triunfar, un metro noventa y 85 kgr de peso, eran una buena garantia.
Una madrugada, a las seis de la mañana,  en su coche de lujo se dirigía al apartamento, después de una noche loca, estaba contento, pero no vió venir el futuro que se le acercaba, de una forma brutal, de repente una luz se cruzo, un espantoso golpe en la cabeza, notó un  calor húmedo por la cara, y le quemaba el pie, todo ocurrió en unas décimas de segundo, que le parecieron horas.

Luego todo fue silencio, ya no se acordaba de que llegaron varios coches a auxiliarle, después la guardia civil, más tarde una ambulancia son su sonido característico, tampoco se acuerda de su entrada en el hospital, ni como lo llevaron en  la camilla  al quirófano de urgencias, ni se acuerda de las tres vías que le tomaron para pasare sangre, ni de los gritos del anestesista, ni de la sierra que cruelmente le cortaba algo más que el pie ni las fracturs costales que se clavaron en el pulmón derecho.

Se despertó, al cabo de tres semanas, en un sitio muy frio, lleno de monitores, de goteros y pantallas, donde unas enfermeras miraban unos portafolios, pero solo podía mover los ojos, no podia hablar, repiraba por un agujero que le habian hecho en el cuello, ¿ pero que me pasa? pensó, aterrorizado empezaba a comprender, poco a poco se daba cuenta de la situación, y empezó a recordar, a recordar su vida entera, allí , inmóvil,  encontró el tiempo para pensar en lo que habia hecho en su vida, y no le gusto nada, viendo la miseria en la que estaba, dependiendo de los demás para el más pequeño acto de su vida, se prometió a si mismo que si salia de esto, ya nada sería igual, él un triunfador se encontraba herido, mutilado, y humillado en  sus circunstancias.

El tiempo paso,  fue mejorando de día en día, y le llevaron a planta, cerraron el traqueostoma, y ya empezaba a sentirse independiente para vestirse, lavarse etc, solo que tenia que ir en muletas, ya que tuvieron que amputarle el pie derecho, llegó tan destrozado que no tuvieron otra opción.
La vida entera le cambió, en un abrir y cerrar de ojos, ya no era el mismo, un cuerpo delgado y escuchimizado después de pasar más de dos meses en el hospital, ahora ya en casa, tenia que seguir una dura rehabilitación , para recuperarse fisicamente y otra mucho más difícil, la mental, esta estaba  como es lógico muy tocada, ahora se sentia como una mierda seca en la acera.

Lo único bueno de todo esto, era que por primera vez en su vida tenia el tiempo suficiente para pensar, friamente lo que quería hacer, seguir adelante, darse matarile, cualquier cosa menos seguir así parado.
Por la ventada de su apartamento, veia todas las mañanas correr por el paseo a personas de todas las edades, a primera hora de la mañana gente mayor, que hacian unos ejercicios gimnásticos y luego corrían muy despacio, a media mañana mujeres de mediana edad , unas solas, otras en grupo, y por la tarde, al caer el sol, jóvenes de ambos sexos, unos corrían más que otros, pero le dió la sensación de que habia una alegría común a todos, algo inmaterial, todos sonreian, unos oian música, otros no, pero todos cuando pasaban a su altura, todos sonreian.   
Y la vida pasaba sin él y hasta el aire se burlada cuando en la cara le enfriaba, todo parecía volverle la espalda, ya no tenia fiestas, ni podía bailar, ya no tenía ni trabajo , acababa de recibir el finiquito, ¡ bien se la habian jugado! cuanto más grande es la empresa más pronto te dan el matarile.

Solo faltaba que un airbus le cayera en casa, y le cayó, un airbus en forma de fisioterapeuta austriaca ( llevaba una chaqueta con la bandera Austriaca), que le mando  (menos mal) la seguridad social, que por cierto, funciona de p madre!!, a partir  de la aparición de la austriaca, nada volvió a ser lo mismo, ahora solo pensaba en escapar de casa, porque le faltaba un pie, que sino no hubiese  aguantado ni cinco minutos, pero la austriaca tenia carta blanca, y empezó con unas órdenes que parecían del general Paton en pleno desembarco, y solo le faltaba el látigo, porque aterrorizado hacia todos los ejercicios que la  déspota generala le mandaba.
Pero no todo era tan malo, como los grandes maestros, sin decirle nada, la austriaca le enseñó a no quejarse, a comer de nuevo, a sobreponerse en la desgracia y cada día se sentia más fuerte, más vital. Lo curioso es que no establaba ninguna conversación, todo lo hacian por gestos, por miradas, sin decir nada, sabia perfectamente que tenia que hacer, Joaquin no sabia ni como se llamaba, por no saber, ni se acordaba como habia llegado, pero llegado a este punto, le daba igual, esa persona con la mirada fria como el hielo, le daba compañía, mucho más que la mayoría de las mujeres que habia conocido.

Una de las pocas distracciones que tenia, era ver a la gente pasar por la ventana, muchas corrian, se iba dando cuenta como dependiendo del paso del tiempo, como cambiaba la indurmentaria, eso le hacia gracia.

Un día llegó de nuevo la austriaca, y le midio la pierna, y el resto de un trocito de pie que  aun conservaba, las heridas del toráx estaban curadas, aunque a veces al respirar hondo le dolía , como si las pleuras no se deslizaran bien. Más de una hora se pasó la austriaca midiendo la longitud, la anchura de la pierna, y el muñón del pie, para colmo trajo un recipiente y lo lleno con silicona y le metió la pierna por completo dentro del recipiente, ¡ tanto medir!, ¡¡para acabar haciendo un molde!!.

¿Y esta tía que está haciendo?, si por lo menos se dignara a dirigiirme la palabra, pero la austriaca solo miraba, nunca le daba la espalda, ¡pero se hacia entender muy bien!

Al cabo de unos días, la curiosidad fué saciada, la austriaca tenía mucho de un Papá Nöel, le trajo un artilugio que no habia visto en su vida, le cogió la pierna y le colocó el nuevo miembro ortopédico, parecia un nuevo pie, pero no lo era, tenía el color de su piel, pero estaba frio como el suelo, tenia unos pliegues extraños, pero el tacto era agradable, la austriaca le ayudó a ponerse de pie, y ¡¡¡¡¡Eureka!!!!!! podía mantenerse se pie incluso se atrevió a dar unos pasos, de repente noto un calor en el extremo de su  muñón, parecia como si aquella prótesis tuviese vida propia, y ya no estaba fria, sino caliente y le invitaba a andar, y andó, un paso tras otro, sin tropiezo, y como se encontraba seguro salió a la calle como si nunca hubiese pasado nada, ahora estaba pensando que esa austriaca en realidad debia de ser un ángel, su ángel de la guarda, porque esto para la seguridad social si que era ya demasiado, esto era ya pasarse de buena.

Ahora se veía, con dos pies, aunque  uno fuese artificial, sin trabajo pero  con el paro, y con la misteriosa sargenta austriaca que le envio esta estupenda seguridad social que disfrutamos todos.Pero aunque parezca mentira, algo le faltaba, un objetivo, algo en lo que pensar, buscar trabajo, novia.
Y aunque le faltaba el pie, se sentia más sano que nunca, ya no fumaba y el pulmón se habia recuperado al 100%, apenas bebia con la sargento de hierro cerca, solo habia aumentado el peso, ya que su única distracción aparte de la fisioterapia y la rehabilitación a la que le sometia la sargento, era comer, y comia todo lo que pillaba, por teléfono encargaba menús para que se los llevaran a casa a ver si podían sortear la vigilancia de la sargento, que ya se habia dado cuenta de los tejes manejes del personaje.

Una mañana de domingo, a las 7 horas y 27 minutos puso la televisión, una cadena de cable estaba emitiendo un amplio reportaje de la maratón de New York,  allí contaban historias sobre los participantes, tanto de ganadores como de los últimos en llegar, y le impactaron, vio la preparación que habian hecho, durante meses, a veces toda una vida, para llegar hasta allí, y sintió una envidia sana, quisiera estar allí, corriendo con ellos, con los negros, con los blancos, con los ojos rasgados, de todo el mundo habia representación, y salían en varias tandas y eran 35000 o 40000 participantes, se volvió loco, ¿ cómo era posible tanta gente reunida para recorrer, por la cara, 42.195? ¿ tanta gente loca junta? eso si que era difícil de encontrar.
Paso dos días preguntándose ¿ que era lo que podía mover a tanta gente a correr una maratón?, al final consiguió la respuesta, esa misma que aunque parezca mentira ha buscado toda la vida.

Y  empezó a correr  despacio, la prótesis del pie era magnífica, en este caso la seguridad social habia tirado la casa por la ventana, y le habian puesto una prótesis experimental, era formidable lo bien que le quedaba, ¡se ajustaba tan bien a su muñón!, al cabo de unos días era como si hubiese nacido con ella, asi que empezó a correr despacio, un día tras otro, todos los días salia por la mañana, a primera hora, primero cien metros , luego 200, 300, 400, 1000 uff, la prótesis no  solo aguantaba, es que parecía que le daba alas, es como si rebotara, como si tuviese un dispositivo que le ayudase a correr.

Una mañana, después de dos meses con él, una carta de despedida  sobre la mesa  estaba, y la abrió sin ganas, ya sabia que llegaría un día que la sargento austriaca le abandonaria, no era su madre, ni su criada, era una profesional que la magnífica seguridad social le mandó para recuperarlo de cuerpo y alma, y a fe, que lo habia conseguido, ahora estaba más fuerte que nunca, ni fumaba, ni bebia ,ni na de ná. Ahora era ya independiente, como tenia dinero ahorrado y cobraba del paro siguió sin buscar trabajo, que para todo hay un tiempo y ahora era su tiempo, para él.

Y siguió corriendo, pasarón unos meses y ya corría largas distancias, la prótesis ya no se la quitaba ni para dormir, de también que la llevaba, y empezó  a pensar  en un gran reto, se vió en la maratón de new york, con unos miles más, corriendo, cada uno su carrera, él para expiar antiguos pecados, o para conseguir lo imposible, acabar una maratón, una idea descabellada, una locura completa y sin sentido, una barbaridad, todo eso es una maratón, pero la futura felicidad de acabarla lo puede todo, asi que se dispuso en cuerpo y alma a preparar la maratón de su vida, y a partir de ahi todo cambió, pero eso será otra historia, nada es fácil en una maratón y nuestro personaje Joaquin no lo va a tener tan fácil.

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